Con cinco años recién cumplidos

Con cinco años recién cumplidos, llegué a esta maravillosa Villa. Mi casa, ubicada en la esquina de Alberti y Riobamba, a tres cuadras al norte de Javier de la Rosa. Esta era la única asfaltada, desde lo que hoy es el comienzo de la costanera hasta la Avenida General Paz.

Eran pocas las casas que había, bellas, como las de los cuentos. La Basílica, una Capilla hermosa, rodeada de pilares con rejas y de noche vigilada por perros policía. Al frente, la plaza con un gran mástil; a un lado de ésta el Colegio San José de las Hermanas Franciscanas, y a su frente, la Escuela Paula Albarracín.

Los medios de transporte eran dos, el tranvía Línea 4 y el colectivo Línea D. Llegar al centro nos llevaba cerca de una hora de reloj. Pero el progreso no tardó y se concretó el asfaltado de la Costanera. Luego se asfaltaron muchas calles internas y se sumaron varias líneas de colectivos, lo que mejoró mucho el traslado al centro de la ciudad y al barrio en sí.

La Basílica se reformó y ¡quedó magnifica! El Colegio San José hoy no es ni la sombra de antes; la Escuela Paula fue hermoseada también y al costado de la Basílica se construyó la Plaza del Folklore, que cada año nos deleita con sus hermosos Festivales.