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Quién soy

Lidia Aranda "Teté"

Soy Lidia Inés Cáceres. Al año me reconocieron como Lidia Inés Aranda. Mi mamá es Obdulia Cáceres . Mi papá don segundo Aranda. Mi abuela Victoria Brites y mi abuelo César Cáceres. ¿Quiénes son? No sé. 

Soy nacida en Esperanza. Me crió Lidia Agustina Rajoy. Me sacó de un rancho de Alto Verde una persona que tomaba mucho, que era guitarrero, que le gustaba andar con caballos. Me sacó en un carro. Yo estaba en una caja de zapatos. Cuando llega a su casa el hombre le dice a mi mamá que adivinara que había adentro. Ella dijo: “un perro, un gatito”. Cuando abrió la caja yo estaba envuelta en un pañal de tela. Tenía ocho meses de nacida y estaba totalmente desnutrida. El médico no me daba vida, o si vivía, iba a tener secuelas: no iba a hablar, no iba a caminar.  Él y su mujer me criaron hasta los 5 años. 

Conocí  a los 3 años la vecinal Setúbal, ese señor, mi papá, me trajo cuando vino a jugar las bochas, en el carro con caballo. Me quedó grabada la historia, me lavaba la cola en una de las canillas del lugar. Muchos años después, volví a la vecinal con la escuela 21 y dije: “aquí vine con mi papá”.

A veces la vida de una no es fácil. Pero aprender todo los días es bueno. Y activar la memoria.

Yo no tuve familia en sí, mi mamá me crió sola. Ella se separó de ese hombre que me crió los primeros años y se juntó con otro que era malo,  me decía que yo era una retrasada mental.  Porque cuando empecé a crecer, me dijeron que tenía un retraso de 5 años. Con ese padrastro, terminamos durmiendo debajo de un puente con Nylon, tapados con alfalfa y comíamos de lo que nos daba la gente.

Hoy, puedo contarlo. Muchas veces la vida da eso. Poder contarlo y enseñar, enseñar para bien.

Los primeros años que fui a la escuela, fui a una especial, sobre A. del Valle. Después, a los 8 años, llegué a la escuela común. Y fue la escuela 21. Terminé ahí séptimo grado.

Viví en Guadalupe, en Guemes y Larrea. Nacieron mis dos hermanos ahí, tanto Ivana como Javier. Y el mayor había nacido en A. del Valle. A mi familia biológica no la conocí. Con mi familia del corazón sigo teniendo contacto. Mi mamá tiene 83 años, quien me crió y educó.  

Yo ahora tengo 53, pero en mi mente tengo cuarenta y algo. Y mirá hoy, la retrasada mental  tiene muchas cosas que contar. Tengo secuelas pero puedo contarlo. Para que otros puedan sobrevivir.

Para que otros puedan vivir y sobrevivir. Hoy no puedo ver, pero si puedo contar.

Tuve dos hijos con discapacidad, los mayores. Con escoliosis aguda y con  meningocele. Hoy están en el cielo. Con Jésica viajé hasta los 18 años. Y mientras tanto seguía teniendo hijos. Mi compañero era pescador y los cuidaba mientras yo viajaba. 

Tuve siete  hijos: Jésica, Jonatan, Pamela, Claudio, Dalma, Antonela y Desiré la que es la más chica y  es profesora de cuentos y de computación, trabaja en Manzanas solidarias. Antonela está viviendo en Sauce. Dalma en San Javier, Pamela al lado mío y Claudio también.

Mis hijos siempre están presentes. Pero más presentes están los nietos, porque para ellos es esta historia. Por eso relato esto. Para que el día de mañana digan: la abuela Teté, contó una historia.

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