Personería Jurídica Nº 790/11
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Integrante del Núcleo de Bibliotecas
Populares de la ciudad de Santa Fe
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El ritual de Jacinto
Rosa Ígnea Sánchez
Jacinto era un hombre mayor, que vivió en el norte de la ciudad de Santa Fe y según cuentan algunos vecinos que aún lo recuerdan, había sido Jefe de la estación de ferrocarril Guadalupe.
Durante muchos años, casi treinta, Jacinto buscaba su farol, su silbato, las banderillas, y partía todos los días muy temprano a la estación, vistiendo pantalón, chaqueta gris y su gorra con visera, cargando un bolso con la vianda que María le había preparado la noche anterior.
A las seis en punto salía al andén y escuchaba el silbato del tren, anunciando su llegada 5 minutos después si estaba en horario, anticipando el estruendo y el humo que acompañaba su entrada a la Estación Guadalupe.
Jacinto con el farol y las banderillas le daba la bienvenida
El tren no se detenía demasiado tiempo. Jacinto entregaba al maquinista los partes con las novedades, mientras subían y se acomodaban tres o cuatros pasajeros que trabajaban en las ciudades vecinas, Angel Gallardo, Arroyo Aguiar, Constituyentes, Laguna Paiva.
Luego se acercaba a la campana y la hacía sonar anunciando su partida.
El mismo ritual lo repetía cada noche, cerca de las 20,30, cuando el tren volvía a Santa Fe.
Así,…así…así, repitiendo, repitiendo, se fue pasando la vida de Jacinto, hasta que un buen día, yo diría un mal día, se levantaron las vías y el tren dejó de pasar.
Jacinto, con los faroles, banderillas y su triste uniforme, envuelto en el humo del último tren, desapareció y nunca más se supo de él.
Dicen que pronto repondrán las vías y volverá a pasar el tren ¡Enhorabuena! Aunque no creo que vuelva Jacinto, ha pasado tanto tiempo…. Quien sabe donde estará.