Perderme para reencontrarme

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Me dí cuenta que había muchas cosas que me incomodaban. Quise empezar a tomar decisiones por mí misma y no supe cómo. Empecé a sentirme así, a vivir a través de lo que me decía mi alma. A hacer lo que sentía más que lo que pensaba. Mis caras y mis ojos se volvieron reflejo de ella.

Así, empecé a escuchar más a la gente, a sus problemas personales, sus angustias, sus preocupaciones. Las violencias que sufrían de parte de todo el sistema incluido el sistema de salud.

Tiempo antes ya me había cuestionado mi rol como Médica de consultorio. Cómo estaba aportando, desde qué lugar. Sentía que mi práctica era básica y vacía. Y cuando empecé a escuchar me desperté. Ese techo de cristal se rompió y me sorprendí, lloré. Mi corazón palpitó. Sentí que no iba a poder.Tuve que decidir también qué tipo de adulta quería ser. Me perdí siendo médica.

Ser médica parecía que implicaba odiar a tus pacientes, tenerles fobia y asco.

Me perdí.

Ser médica implicaba casarme con un tipo con dinero, tener un lavavajillas.

Me volví a perder.

Ser médica implicaba maltratar y abusar de los cuerpos ajenos.

Me perdí.

Mirar con lástima y con pena.

Me perdí otra vez.

Implicaba hacer mucho dinero a costa de mentir. Rodearme con otros profesionales caretas igual que yo.

Me volví a perder.

Ser homofóbica, transfóbica y racista. Hablar difícil, derivar todo, no transformar ninguna realidad.Ni siquiera la mía que me entristecía poco a poco, sin quererlo, sin pensarlo, sin sentirlo, sin soñarlo.

Nos llaman la generación de Cristal, tratándonos de vulnerables y protegidos.El nombre Cristal provenía de Kryos, que significa frío, aludiendo a la formación de hielo a partir de agua. Luego cambia su significado para referirse más bien a su transparencia. Por lo que yo prefiero transmutar esa definición a la Generación de la transparencia. Soy de la generación que se atrevió a romper los silencios.

Soy de la generación que se atrevió a romper con los mandatos.

Soy de la generación que entendió a tratar a los animales como iguales, a cuidarse solx porque entendió que nadie la iba a cuidar mejor que ella misma.

Soy de la generación que entiende que el amor es efímero, que se guía más por el corazón y el instinto que por la razón.

Soy de la generación que prioriza la Salud Mental y los Deseos antes que el dinero y otras riquezas.

Soy de la generación que inventó los términos "responsabilidad afectiva" y "amor propio" porque entendió que constituían el camino hacia la verdadera felicidad.