Las palabras son pequeñas palancas...
Las palabras son pequeñas palancas,
pero no hemos encontrado todavía
su punto de apoyo.
Las apoyamos unas en otras
y el edificio cede.
Las apoyamos en el rostro del pensamiento
y las devora su máscara.
Las apoyamos en el río del amor
y se van con el río.
Y seguimos buscando su suma
en una sola palanca,
pero sin saber qué queremos levantar,
si la vida o la muerte,
si el hecho mismo de hablar
o el círculo cerrado de ser hombres.
(Roberto Juarroz)
Cuando se transita habitualmente por las palabras perdemos la noción de hablar de ellas…
Soy Marilina Renk y coordino palabras ajenas que también son mías y de todos y para todos.
Tardé en presentarles “las nuevas palabras” que en la Biblioteca circulan todos los martes a la siesta. Sé que el tiempo da lugar a las cosechas.
Desde abril, jugamos y “nos jugamos” a decir con las palabras el misterioso mundo que nos gobierna (el de afuera y en especial, el de adentro).
Desde abril, una Autopista literaria da lugar a veloces escritores que desafían los límites o que aminoran la marcha para escuchar al paso, o para mirar de reojo, esas luces poéticas que otros encienden en la carretera.
Y son muchos.
Y son diferentes.
Y son distintos, cada vez que un nuevo texto los desafía en el terreno de las certezas.
Llegaron para quedarse como Talleristas; algunos consagrados en el oficio de las palabras y otros como incipientes artistas de la duda. Pero, en el proceso acontece la magia de la convivencia, la supervivencia y la necesidad del hombre de elevar su conocimiento, su espíritu y su sed de intercambios.
Y allí están… juntos, matizando sus escritos, nutriendo sus corazones, suspirando por aquella lectura que ha venido a contarle la existencia de otro mundo posible.
Y son muchos.
Y son diferentes.
Y son distintos, tan distintos e irrepetibles como cada uno de sus textos, como cada voz que vibra en una sintonía única.
Y para que no descrean de mis palabras, hoy les comparto una producción de Fabián, uno de los integrantes del grupo:
Corazón mío...
¿Estás despierto, corazón mío?...
Me han dicho que duermes, ¿es verdad?
Lo sospecho, por momentos,
pasan horas y a veces el día sin verte...
¿Estás despierto, corazón mío?...
¿Duermes?
¿U observas desde tu sala de espera?
¡¿Quién te dio ese turno tan lejano en mi presente?!
¿Fui yo abdicando en la ilusión, en el miedo a perderte?
¿Estás despierto, corazón mío?...
Si así es, esto es una urgencia:
¡Toma mi lugar, ya que en el miedo yo estoy perdido!
El miedo ante ti se disuelve, y la ilusión desaparece.
¿Estás despierto, corazón mío?....
Nunca me olvide de ti...
Solo dije ¡silencio! ¡Que nadie lo despierte!
¡No quiero que veas mi pesadilla!,
¡Yo soy el dormido!
¡Estas despierto, Corazón mío!
¡Sacúdeme y abrázame que nada ha pasado!
¡Oiré de ti guardián mío!...
Así me levantaré, desayunando de tu amor...
Lo feo y lo que creí lindo se lo llevará el olvido...
¡Hasta la próxima!